Esta rama del derecho se ocupa de regular los procedimientos relacionados con la insolvencia y quiebra de empresas y personas físicas. Su objetivo principal es administrar y resolver situaciones en las que un deudor no puede cumplir con sus obligaciones financieras, protegiendo tanto los intereses de los acreedores como del propio deudor.
Algunos de los aspectos más importantes del derecho concursal incluyen:
Declaración de concurso: El proceso mediante el cual se declara oficialmente que una persona o empresa está en estado de insolvencia.
Administración concursal: La figura del administrador concursal, que es designado para gestionar el patrimonio del deudor y supervisar el proceso.
Acuerdos y convenios: Las negociaciones entre el deudor y sus acreedores para llegar a un acuerdo que permita la reestructuración de la deuda o la liquidación ordenada de los activos.
Liquidación: El procedimiento de venta de los bienes del deudor para pagar a los acreedores.
Clasificación de créditos: La determinación del orden de prioridad en el que los acreedores recibirán pagos.
El derecho concursal es fundamental para garantizar la equidad y la transparencia en la resolución de situaciones de insolvencia, y para ofrecer una segunda oportunidad a personas y empresas que enfrenten dificultades financieras.